Lau-raw

Esto lo escribi hace tiempo pero hoy lo encontre y quise compartirlo.

Julio de 2006
Hoy he entendido algo.
Por Laura Rico

Hoy he entendido algo. Para poder ver esperanza en el futuro, es necesario un solo ingrediente, el AMOR.

Me siento un poco rara escribiendo esto y puede que para algunos suene banal. Sin embargo, hoy lo sentí, con más fuerza que nunca. Hoy me quedó claro que cuando existe amor, el futuro tiene sentido. Y me refiero al amor en todos sentidos y en toda su magnitud.

Me refiero al amor que puede despertar en tí una persona. Ese amor de pareja que te inyecta energías para crecer y ver que la vida, aún con todas sus atrocidades, también tiene un lado mágico, lleno de alegría, esperanzas y felicidad. Ese amor que despierta esa parte optimista que logra atravesar esas oscuras cortinas de horror y que te presenta esos momentos en que unas luciérnagas de colores, son suficientes para apagar la oscuridad, para mostrarte un camino que te lleva a la luz más intensa de todas, la luz del amor.

Me refiero también, a ese amor fraternal, que te hace tener ganas de luchar por lograr un mejor mundo para tus hijos, para tu familia, para los tuyos. Ese amor que te hace pensar dos veces antes de cometer una tontería, por miedo a lastimar a quienes siempre han estado contigo, en las buenas, en las malas y en las peores. Ese amor que es incondicional hacia quien te dio la vida y te ayudó a crecer, a formarte, a convertirte en un ser que ama y que quiere amar. Ese amor que logra, con un abrazo, darte esa esperanza que tanto hace falta.

Me refiero también al amor que puedes sentir por tu país. Por ese territorio que incuba tantos significados, tanta gente y tantos ideales. Ese amor que te hace despertar pensando de qué manera podrás hacer algo para ayudar a que tu país sea un mejor lugar para su gente, que es tu gente, que es nuestra gente. Ese amor que se vuelve compartido y que se siente en el aire cuando estás hombro con hombro en una lucha común.

Me refiero al amor a los amigos (as), a aquellos que comparten las alegrías, las tristezas y las horas de filosofía acerca del mundo, de lo que importa, de lo mundano, de lo trascendental, de lo cotidiano. Ese amor que te hace brincar de la cama y correr al auxilio del amigo cuando suena el teléfono y te dice que te necesita. Ese amor que te da la confianza de abrir tu corazón para compartir las más sonoras carcajadas y las lágrimas más nostálgicas.

Me refiero al amor a la vida. Si, a esta vida de la que tanto renegamos. A esta vida que simplemente nos da la oportunidad de conocer, de aprender, de vivir y de sentir lo magnifico que es amar. Lo increíble que es sentir que estas vivo y que tu piel se eriza de tantas emociones. Esta vida que te abre la oportunidad de pensar que mañana puede ser mejor que hoy. Que existe la esperanza de que las cosas puedan ser distintas y te sientas más feliz. Esta vida que hoy, en este mismo momento, te da la oportunidad de esbozar una sonrisa y darle la bienvenida. Esta vida que, a través de tantas enseñanzas, nos demuestra como aún aquellos que, tal vez bajo nuestros estándares no tienen nada por lo que ser felices y celebrar, siguen teniendo esperanzas, porque aman.

Me refiero al amor a uno mismo. Ese amor que nos protege y nos da ese instinto de supervivencia para cuidarnos y buscar la vida. Ese amor que es con el que podemos contar siempre y que depende únicamente de nosotros mismos. Ese amor que nos da la bienvenida en cada instante, en cada segundo de nuestra existencia. Ese amor que nos alimenta cada día para poder amar a los otros, a la vida, a la esperanza, al amor.