Sigo en el tren a Delhi, ya pasaron casi dos horas desde que salimos y oh! Decepcion, resulta que perdimos nuestra botella con agua, asi que seremos camellos hasta que podamos encontrar una estacion donde pare un tiempo considerable para bajar a comprar una y de paso tambien algo de comer porque con las prisas ya no alcanzamos a comprar nada para nuestro viaje de 19-20 horas.
Enriqueto ya tendio su camita y reviso las recomendaciones que hacen en Lonely Planet para los que van a Varanasi, nuestra siguiente parada después de hacer una escala en Delhi de 7 horas y ver si Ceso si viene con nosotros o se queda con Nemat en el hospital. Ha sido muy interesante ver que casi todos los turistas que hemos visto traen la misma guia. Es como si compartieramos el mismo secreto! Jajaja!
Volvamos al safari de camello como lo llaman en Jaiselmer. Como salimos muy temprano de nuestro hotel ya con nuestras mochilas y todo, el monito de la recepcion nos pregunto que porque nos ibamos tan temprano, le dijimos que nos ibamos de safari con camello y se puso como loco, nos reclamo que nos fueramos con otro tour y no con el y bueno, no fue la mejor de las despedidas. El otro tour estaba dentro del hotel de al lado, asi que sus ojos nos siguieron hasta ahí. Llegando guardamos nuestras maletas en un cuartito y nos fuimos a la plaza central donde nos esperaba nuestro guia y el jeep. Hacia algo de frio asi que ibamos vestidos con lo que traimos para Londres! Jajaja, me dio mucha risa estar con todo y bufanda aquí pero mi garganta lo necesitaba, no puedo darme el lujo de enfermarme y menos en un pais tan lejano como este. El que nos vendio el tour nos dijo que habia rezado toda la noche para que no lloviera y que nos habia puesto una cobija en el jeep para que estuvieramos mas a gusto. Asi empezo nuestro recorrido de 1 hora hasta que llegamos a donde habia como dunas y algunas casitas que te hacian sentir como en una de esas imagenes que te enseñan cuando se habla de África.
Empezo a amanecer y el guia busco algunas ramitas para hacer una fogata. Pero claro, nunca se nos ocurrio pensar que si el dia anterior habia llovido mucho, todas las hojas y los arbustos estarian por lo menos, humedos, sino es que mojadisimos. Me acorde mucho de mi epoca scout cuando teniamos que prender nuestras fogatas y no mas no hallabamos como hacerlo porque todo estaba mojado. Afortunadamente, traia un librito de fotocopia de las distintas meditaciones del Osho Center que nos dieron cuando estuvimos ahí. Asi que pense que era la oportunidad de usarlo para un fin benefico. Rompimos las hojas y con eso ayudamos a que la fogata prendiera, ayudando a que las ramitas se alcanzaran a secar un poco. Despues de un buen rato, logramos medio prender la fogata, poner el agua a calentar y preparar el te chai mas rico de todos! Jajaja! Fue realmente como estar de campamento, los platos los lavaban con tierra y luego los sacudian, pusieron a tostar el pan en un comal y la mermelada la traian en una botella de agua cortada a la mitad. Lo que mas me encanto fue que al pasarme la mermelada, el guia me dijo: ahí le va con una tipica cuchara india, jajaja! Era un palito de arbusto! Que maravilla!! Me recordo tanto mi epoca de campamentos! Y me acorde mucho de Alejandra Zagal y de su comentario en uno de los blogs anteriores. Ale, por que perder las esperanzas de volverse a ver….
Hago una pausa porque llegamos a Pokaran, que no tendria ninguna relevancia si Enrique no se hubiera bajado a comprar una botella de agua. Yo estoy con los nevios de punta de que el tren se arranque y el no llegue a tiempo. Fiuf! Ya volvio con una botella de agua y unas papas! Jajaja! Ya tendremos algo que picar por lo menos!
Durante nuestro desayuno, llego Mr. David, como el mismo se presento, quien era el señor de los camellos, con dos ejemplares muy divertidos. Le compartimos de nuestro desayuno y al terminar nos subimos a estos grandiosos animales para empezar nuestro recorrido por el desierto. Me sentia como en una pelicula, mi camello iba amarrado al de Enrique y Mr. David, iba hasta adelante, a pie dando el rumbo que seguiríamos. Algo que me encanto fue que tanto el como nuestro guia se la pasaban cantando, asi que era como un show integrado. Finalmente llegamos a donde estaba el jeep y nos despedimos de Mr. David, no sin antes agradecerle su buena vibra, su platica y su canto. De ahí, nos fuimos a visitar dos casas, la primera de una familia musulmana y la segunda de unos indios pertenecientes a una casta de guerreros. Ambos, muy pobres por decir lo menos. En la primera, nos recibieron como 6 niños con unos ojos enormes y expresivos, les encanto que les tomara fotos y que luego se las enseñara, se pusieron a bailar y les tome video. Cuando se vieron en el video se pusieron muy felices y volvieron a cantar y a hacer payasadas para que los filmara otra vez. La mama y las hijas estaban dentro de una choza que servia de cocina, eran mas timidas y al preguntarles si podia tomarles una foto solo sonrieron y se sonrojaron. Fue un momento muy especial estar en ese lugar. Habia vacas afuera, y nos explicaban que las chozas las hacen con el excremento de las vacas revuelto con arena y agua y que cuando llueve, los techos y las paredes se desgastan, se cuartean y se pueden llegar a caer. Y si, nos enseñaron unas cuarteaduras que se hicieron la noche anterior con la lluvia. Los sentimientos estaban a flor de piel. Los niños con esas caritas de emocion me enternecieron y quise regalarles algo. No llevaba mas que mi bolsa asi que pense rapido que siempre cargo mi agenda de Mafalda y que en ella traia unas estampitas con todos los personajes, asi que corri al jeep, la saque y se las enseñe. Les pregunte que si querian una y por supuesto que brincaron de emocion. Lo mas lindo fue que se quitaban la pashmina, se sacudian la camisa y ahí, junto al corazon querian que se las pegara. Se pusieron felices y mas feliz me puse yo con ellos. Para rematar, se acerco el papa, un señor ya mayor, le pregunte que si queria una Mafalda y asintió con la cabeza, uno de sus hijos le sacudio la camisa y ahí quedo pegada esa niña creada por Quino que justamente, le gritaba al mundo que no era posible que hubiera tanta pobreza, tanta hambre y tanta injusticia.
En la segunda casita, como a 5 minutos de distancia en el jeep, nos recibieron dos niños y el papa de la casa, un señor mas joven que el anterior, una señora con su bebe en brazos, que en cuanto nos vio se cubrio con el velo la cara y que cuando le pregunte si podia tomarle fotos me dijo que no. Aquí los niños estaban muy quietecitos, con sus ojos muy abiertos y con una sonrisa de alegria de ver gente extraña. Le preguntaron al guía que porque tenia fierros en los dientes. Jajaja, me dio mucha risa porque nunca me acorde de los brackets y nunca pense que asi como para mi es raro ver a algunas mujeres con aretes colgados desde la nariz hasta la oreja o el cuello, seguro que para ellos tambien es raro ver a alguien con metales en los dientes! Pensaran que somos raros los occidentales en nuestra forma de embellecernos, jajaja! Les explique que eran para que mis dientes se enderezaran pero realmente no creo que el concepto lo hayan entendido completo, como que hicieron cara de que no tenia mucho sentido. Aquí tambien les regale unas estampitas de Guille y Susanita, y paso lo mismo que en la otra casa, el señor se alegro de tener a Guille pegado cerca de su corazon, mientras que el mio se apachurraba cada vez mas.
Finalmente nos fuimos rumbo a Jaiselmer otra vez, habia que llegar a terminar de arreglar todo para tomar el tren a las 4. Teniamos que bañarnos, comer algo y comprar los snacks del viaje, pero no contabamos con que nos faltaba vivir algo muy tipico de ahí…
Hasta la proxima!
Namaste,
Lau-raw.
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