Y llego el momento de decir: no es mas que un hasta luego, no es mas que un breve adios...

Y bueno, el congreso se termino, y vaya forma de hacerlo. Fue sumamente emotivo. Hicieron una cena para cerrar el evento y no podia faltar el toque de los mexicanos. Nos pidieron que cantaramos, y como Hector tiene una voz envidiable, de ahi nos agarramos para cantar todo tipo de canciones que nos pedian, desde rancheras como Mexico lindo y querido, hasta canciones scouts que facilmente recordabamos Ceci, Hector y yo. Ya prendidos con la cantada, se animaron a cantar los indios (notese que no es una cosa despectiva, asi se les dice a la gente de la India) y fue muy lindo ver como se prendian cantando aunque nosotros no entendiamos nada. Finalmente, dos de los organizadores le hicieron un reconocimiento al coordinador general del congreso y sus palabras fueron muy lindas. Lo reconocieron por su trabajo en la universidad y por su labor como un MAESTRO en toda la extension de la palabra. Es impresionante como el concepto de maestro, cambia mucho en occidente y en oriente. Aqui el maestro es realmente un guia en todos sentidos y como tal, tiene autoridad y respeto de los discipulos. Por ultimo y para seguir con las emociones a todo lo que daba, se nos ocurrio a Ceci, Hector y a mi, terminar con una cancion, pero no con cualquiera, si no, con la cancion de despedida de los scouts. Formamos un circulo y entrelazamos las manos. Obviamente muchos no entendian porque haciamos eso y posiblemente no entendian tampoco las letras de la cancion, pero hay cosas para las que no se necesitan grandes explicaciones, se sienten y ya. Asi que yo al principio, ni siquiera podia cantar, tenia un nudo en la garganta y poco a poco varios empezaron a tener los ojos rojos de la emocion y de las lagrimas contenidas. Se conformo realmente como una hermandad y para terminar, pasamos el apreton de manos para terminar todos con un fuerte aplauso y muchos abrazos de despedida. Realmente, esa fue la mejor parte de todo el congreso.